Leyendo en Ovidio la triste historia de Itis,
el hijo del amor de Tereo y de Procne, asesinado
por la culpable pasión de Tereo por Filomela,
su carne servida a Tereo por Procne,
y la furia de Tereo a la asesina persiguiendo
hasta que los dioses convirtieron a Filomela en ruiseñor,
laúd de la luna que sale, ¡y a Procne en golondrina!
¡Oh, vivientes y artistas de la Hélade hace siglos!
Que sellabais en minúsculos turibles sabiduría y sueños,
incienso inapreciable para siempre fragante,
cuya sola aspiración esclarece los ojos del alma.
¡Oh! ¡Cómo aspiré yo su dulce aroma en Spoon River!
Abrióse el incensario cuando me hubo enseñado la vida
cómo todos nosotros matamos a los hijos del amor, y que todos nosotros,
sin saber lo que hacemos, devoramos su carne;
y que todos nosotros nos hacemos cantores, aunque sea
una vez en la vida, o nos cambiamos, ¡ay!, en golondrinas
¡para trinar entre vientos helados al caer de las hojas!
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Autor: Edgar Lee Masters
Tradución de José Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal
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Poesía Libre. Revista de Poesía. Ministerio de Cultura, Managua (Nicaragua) Año IV. Número 10, enero de 1984.
Responsable: Julio Valle-Castillo
Consejo Editorial:
Carlos Calero (Monimbó); Juan Ramón Falcón (Condega); Marvin Ríos (Niquinohomo); Cony Pacheco (Subtiava); Gonzalo Martínez (Bluefields); Gerardo Gadea (Ejército Popular Sandinista)
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