¡Esclavo! Has desperdiciado ya miserablemente los mejores momentos de tu vida
en el duermevela del lecho, en la modorra del sueño, casi hermano de la muerte.
¡Levántate! Alcánzame, siervo y... ¡rápido, rápido!... el claro vino embriagador,
antes de que ellos comiencen a fabricar recipientes con nuestros pobres huesos.
Quiero ver los relucientes chorros del vino precipitarse de la jarra a la copa.
¡Embriágame, tu, siervo, esclavo, amigo, camarada explotado y revolucionario!
Juntos lograremos que esta sociedad de clases se trasforme en otra igualitaria.
(*) Versión libérrima
No hay comentarios:
Publicar un comentario