jueves, 1 de marzo de 2007

Felipe Juaristi: LA NOCHE DE LOS SUEÑOS


Fue, lo puedo confesar, una sensación tan terrible como estimulante cuando apareció el caballo donde menos lo esperábamos. Sucedió todo tan rápido que todavía soy incapaz de dilucidar si fue un sueño, o una alucinación, producto de la cantidad de cervezas que había tomado para aquel entonces.

En aquel local, moderno como corresponde a los locales nocturnos de cierta raigambre, únicamente estábamos dos personas. Por un lado la camarera, detrás de la barra, una chica rubia y joven que llevaba semanas en el oficio, como una princesa aburrida, haciendo solitarios y poniendo en el tocadiscos tristes blues. Y por otro lado yo, al otro lado de la barra, como un náufrago que tiene puerto donde ir. Había tomado veinte cervezas, tenía el baso medio acabado. Estaba cansado. Sólo eso. Oímos el eco de un ruido. Algo que era difícil de precisar. Como un trueno en cielo sin nubes. Como un tren que hubiese pugnado por salir de sus raíles.

Miré a la chica que continuaba haciendo solitarios. Ella también me miró por primera vez en toda la noche y alzó los hombros con desdeñosa indiferencia. Quizá estuviera asombrada. Pero no lo creo. Por un momento el silencio se adueñó de toda la sala. Murió la música y sentimos que la enterraban en lo más profundo de la tierra.

Oímos que alguien o algo bajaba las escaleras. Que alguien o algo golpeaba la piedra del suelo. Era un sonido más que monótono, era marcial, como de tropa al asalto. Nos asustamos.

Entonces apareció el caballo ante nuestros ojos. Era un caballo blanco, con motas negras en las patas. Dio una vuelta por el local, arrogante y orgulloso, como el rey que visita sus dominios. Luego se acercó a mi. Bebió de mi vaso, un trago largo pero tranquilo, dirigiendo su cabeza de tanto en tanto hacia la muchacha rubia que lo observaba con ojos de incredulidad. Un poco más tarde relinchó con fierza. La camarera se desmayó.

Se fue enseguida. Oímos de nuevo el eco del trueno, del tren salido de sus raíles. El trote quieto contra la piedra. Tuve que pedir una nueva cerveza.


Felipe Juaristi Galdós, periodista, poeta euskaldun, muy premiado es colaborador habitual de 'Caminar Conociendo'


En FONTANA SONORA, pag. X. FONTANA SONORA es un suplemento de la revista 'Caminar Conociendo'. En este caso del nº 4 de mayo de 1995

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