lunes, 12 de febrero de 2007

LEOPOLDO DE LUIS: 'Vicente Aleixandre: un doble aniversario'


VICENTE ALEIXANDRE: UN DOBLE ANIVERSARIO

Por Leopoldo de Luís

Para mí, el nombre de Las Navas del Marqués se une a la biografía de Vicente Aleixandre. Ya se ha contado en distintos libros el hecho crucial del encuentro, durante el verano de 1917. Dos estudiantes de 19 años pasan juntos un mes en Las Navas y charlan de literatura. Uno de ellos, Dámaso Alonso, estimula al amigo, Vicente Aleixandre, para que aborde lecturas poéticas. Quizá haya quedar la razón a otro poeta, León Felipe, cuando escribió que los poetas no tienen biografía, tienen destino. Parece que ese destino visitó Las Navas aquel verano para diseñar el mapa no solo de un poeta, sino de la misma poesía española, porque la poesía española ha sido distinta después de Vicente Aleixandre. Si aquel muchacho, veraneante de Las Navas, no hubiese escrito nunca, la poesía española sería diferente.
Uno de los hitos de la lírica castellana cumple ahora, en 1994, el medio siglo. Sombra del Paraíso, probablemente el libro más conocido de Aleixandre, se publicó en mayo de 1944. Se escribió entre otoño de 1939 y otoño de 1943.
La revolución formal, que crea e impone nuevos ritmos, la belleza expresiva, la originalidad de las imágenes, convierten este libro en una joya de la poesía de todos los tiempos. Tres impulsos lo crean o, por mejor decir, con tres aspectos nos sorprende: los recuerdos luminosos de la infancia, vistos como un paraíso perdido; la sensación de pérdida de una edad de oro como infancia del mundo; la conciencia de la unidad cósmica, de una creación armoniosa o edén pre-adánico.
Sombra del paraíso vino a ser el milagro poético de la postguerra. Por ese libro la poesía volvió a ser hermosa, sin ser sólo hermosura.
No debe pasar este aniversario: medio siglo de la aparición de Sombra del paraíso, sin que recordemos y rindamos homenaje al altísimo poeta. La primera edición se acabó de imprimir en la imprenta de Silverio Aguirre, en Madrid, calle de General Álvarez de Castro, 40 –para ediciones Adán- el 23 de mayo. Volumen de 220 páginas, formato 17x23. Se tiraron 1.750 ejemplares, de los cuales 1675 en papel de edición y 75 en papel de registro. La cubierta, en cartulina color crema, se imprimió en verde, con una viñeta del pintor Eduardo Vicente. El mercado de las obras poéticas es tan feble, que para la primera edición de una de las claves de la poesía castellana no se previeron ni dos mil ejemplares. Con todo, su importancia era tal, que cuatro años más adelante, en 1947, una gran editorial, Losada, de Buenos Aires, lanzó la segunda edición, ya muy amplia, en su colección de ‘Poetas de España y América’.
El joven estudiante que en 1917 toma en Las Navas su primer contacto con la poesía, alcanza sesenta años después el Premio Nóbel: 1977. Al recordar hoy el aniversario de su gran libro, recordemos también que este otoño se cumplen diez años de su muerte: en la madrugada del 14 de diciembre de 1984. Dos efemérides en el mismo año, que bien merecen un acto de homenaje nacional.

Leopoldo de Luís

EN PÁGINA 5 DEL Nº 3 DE LA REVISTA ‘CAMINAR CONOCIENDO’. MAYO DE 1994. Y EN LA PÁGINA 6 DEL Nº 4 DE LA MISMA REVISTA DE MAYO DE 1995

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