Los manuscritos hebreos de la Universidad Complutense
por Manuel Sánchez Mariana
La Universidad de Alcalá fue fundada por Cisneros a fines del siglo XV (del año de 1499 data la bula papal de su creación), iniciando las enseñanzas de Teología, Lógica, Filosofía y lenguas bíblicas, y una serie de cologios, llamados 'Menores', destinados especialmente a estudiantes pobres, cuyo cuyo número vario de los cinco iniciales a los 34 del siglo XVII, tanto de tipo seglar como de determinadas órdenes religiosas.
Desde el principio trató de vincular Cisneros al Colegio Mayor con la empresa científica por el patrocinada que le había de dar fama imperecedera: la edición de la Biblia Políglota. Para ello se hizo con los más importanrtes manuscritos bíblicos que pudo conseguir, que desde entonces quedaron vinculados a la Universidad, habiendo llegado en parte hasta nuestros días, aunque algunos de ellos se destruyeron o sufrieron graves deterioros en la guerra de 1936-39.
Así pues, la Universidad Complutense de Madrid, heredera de la de Alcalá, poseía dos importantes biblias latinas en escritura visigótica, de las que una se destruyó en la guerra y otra sufrió graves daños, habiendo sido restaurada recientemente. También poseía una famosa Biblia griega, enviada por el cardenal Besarión a Cisneros desde Venecia, también gravemente dañada y todavía hoy en periodo de restauración.
Mejor suerte, en general, corrió la importante colección de manuscritos hebreos.
La colección de manuscritos hebreos de la Complutense, corta pero una de las más valiosas conservadas en España, refleja, por tanto, los trabajos para la elaboración del texto bíblico de la Políglota, y sobre todo la labor del mejor hebraista de su generación, el judío converso Alonso de Zamora, profesor de hebreo en el Colegio Mayor complutense.
Destaca entre los códices hebreos la preciosa Biblia toledana del siglo XIII, con decoración marginal masorética en escritura cuadrada. Según una nota al final, el códice fue adquirido por R. Ishaq y R. Abraham de Toledo en 1280, mientras que otro anotador antiguo castellano estimaba 'que no había precio a su digna estimación', y que sus anotaciones eran dignas de que 'los judíos las pusieran entre diamantes'. Otra magnífica Biblia iluminda, del siglo XV, perteneció al citado Alonso de Zamora, quien escribió con letras hebreas una patética nota al final, alusiva a su situación personal. Otra magnífica Biblia, de gran antigüedad aunque no tan rica como la primera, sufrió graves deterioros y se encuantra en restauración.
Los restantes códices, hasta el número 21, contienen en general comentarios bíblicos, al Pentateuco, al Génesis y Éxodo (por Abraham ibn Ezra), a Isaias (por David Quimhi), así como versiones bíblicas del hebreo al latín por Alonso de Zamora y Pedro Ciruelo; completándose el conjunto con algún texto litúrgico (el Haz de vida de Hayyim bar Semuel Meir de Toledo, o los Himnos Pizmonim), y con varios textos gramaticales como el Diccionario de hebreo rabínico de Aarón el Sacerdote, y la Gramática y el Diccionario de David Quimhi. Conjunto representativo como ninguno conservado de lo que suponía la enseñanza en la universidad del siglo XVI.
Manuel Sánchez Mariana es Director del Fondo Histórico de la Universidad Complutense
(del suplemento 'Fontana Sonora', pag. XIII, de la revista 'Caminar Conociendo', nº 4 de mayo de 1995)
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